Autoestima y esperanza de cambio

“Tengo miedo”…”no voy a poder”…”soy incapaz de pararme ahí”…”me paralizo, seguro”…”no me va a salir la voz”…”no me voy a acordar la letra”…”cómo era el artículo?…y eso que lo preparé tanto…”

Son algunas (entre infinitas) de las expresiones, verbalizadas o dichas para nuestros adentros, en las que con facilidad podemos reconocernos cuando nos exponernos ante otros, ya se trate de público en general, de un auditorio profesional, de profesores, colegas, pares, alumnos. Y ya sea que estemos parados en un escenario ante una platea con nuestra voz potencialmente amplificada por un micrófono, o sentados a una mesa de conferencia, o siendo entrevistados con o sin repercusión mediática o ante un examen liso y llano en el colegio o la Universidad.

En una palabra, cuando ese AFUERA, ese “otro” en general, lo vivimos con las características de severos examinadores, críticos implacables, censores inapelables que esperan de nosotros la perfección, la máxima performance posible, rayana con lo NO HUMANO.

Es en la esfera de LO SOCIAL, en la que nos vinculamos con los demás y dependiendo de quiénes sean esos “otros”, cuando NUESTRA INTIMIDAD y NUESTRA PERSONA ENTERA es percibida como en peligro, más o menos intenso en ocasiones, más o menos tolerable en otras.

Y esa penosa experiencia por la que nos sentimos realmente intimidados, o inhibidos y embargados de una sensación angustiosa que hasta la percibimos en nuestro cuerpo tembloroso, o sudoroso, o con dificultad para respirar o sacudido por una galopante taquicardia, tiene poco que ver, en cuanto a su causa, con el MUNDO DE LO REAL. Pertenece al MUNDO DE LO IMAGINARIO. De NUESTRA IMAGINACION.

Autoestima y su construcción

Es la percepción subjetiva, y por lo tanto imaginaria, que tenemos de nosotros mismos la que le da la significación emocional personalísima a la realidad externa con la que en tanto humanos nos vinculamos. Autopercepción que es fruto de la construcción de nuestra identidad a lo largo de las distintas etapas de nuestra vida. Y se llama AUTOESTIMA.

Y paradojalmente pareciera que el resultado de esa interrelación ineludible que vamos teniendo con ese mundo real externo para construirnos como personas se convirtiera en algún momento de nuestra vida, y sin que entendamos por qué, en la proveedora de nuestros desvelos y pesares. Nuestra AUTOESTIMA semeja un termómetro que mide mal la fiebre y por ello nos confunde, nos lleva a un diagnóstico equivocado de lo que está pasando con nosotros y, más y peor aún, de lo que NOS está pasando con ese AFUERA en el que vivimos.

Dependiendo de cómo se haya inscripto en nuestra psiquis la valoración subjetiva de nosotros mismos es cómo vamos a ponderarnos en relación con los demás. Esa es la función psíquica de la AUTOESTIMA.

Esa inscripción, como ya dijimos, se va tallando y modelando a lo largo de nuestra vida .Los vínculos más primarios y fundantes (nuestros padres y familia o con quienes asomamos a la vida) son los cimientos de una estructura que recibirá luego los estímulos de las primeras experiencias de socialización en la escuela, atravesará el vendaval adolescente, y recibirá luego las influencias naturales del proceso de inserción en el mundo adulto de la amistad, del amor, del trabajo, de la vocación. La madurez biológica, de la mano de la mayor o menor autonomía psíquica puede desembocar en una optimización del prisma de nuestra autoestima -esto es, adecuada claridad acerca de nuestras posibilidades y de nuestras limitaciones- o catapultarnos a una vivencia discapacitante.

Autoestima y ansiedad

Ese mayor o menor grado de justicia en el valor que nos asignamos determinará nuestra mirada hacia el porvenir que deseamos para nosotros, cualquiera sea el ámbito de vida que se trate.

La autoconfianza fundada en una asignación valorativa ajustada promoverá que la consecuente vivencia de ANSIEDAD que experimentemos funcione como nuestra aliada. Es decir, transformándose en fuerza impulsora al logro del objetivo buscado, iluminadora del proceso de planificación y diseño del método para dicha concreción.

Es importante destacar que nuestro estilo personal de visualizarnos se reactiva más o menos intensamente en función de lo que la situación real que protagonizamos, trascendente para nosotros, la patentiza o la evoca.

Si nuestra identidad está predominantemente atada a una AUTOESTIMA DEVALUADA, el profesor, el colega, el público, quien sea que nos pose la mirada o creamos que lo hace, aparecerá ante nosotros magnificado y multiplicado en su potencia amenazadora o destructiva. La vivencia de vulnerabilidad es atravesada por el continuo ANSIEDAD-ANGUSTIA-PANICO y, muy probablemente, la INHIBICION se apodere de nosotros: bloqueo mental, parálisis posicional, sequedad en la boca, mutismo, mil formas de expresar “tengo miedo-me quiero ir”. Nos sentiremos como si se tratara de una contienda entre un enano (nosotros) y un gigante (los otros).

Si nos identificamos con una AUTOESTIMA SOBREVALUADA, la vivencia de omnipotencia será nuestra aliada favorita. Y si bien puede propulsarnos a activarnos, a lanzarnos a un accionar a veces temerario, también dificulta en grado significativo nuestra capacidad para aprender y, en consecuencia, para fortalecernos genuinamente en aquellos aspectos-recursos necesarios para un desempeño exitoso. Allí la lucha que se libra en nuestra mente sería entre un gigante de papel (nosotros) con enanos que no son tales en la realidad (los otros)

Tanto en un polo como en el otro, la ANSIEDAD movilizada para enfrentar la situación a resolver implica activar mecanismos concientes e inconcientes de CONTROL RACIONAL TOTAL de las variables en juego, reales y/o fantaseadas, con la ilusión de anular toda incertidumbre. Esfuerzo emocional titánico que nos topa de manera irremediable con la condición fatídica de la inutilidad de tal intento.

Tanto desde “el enanismo” como desde “el gigantismo” quedamos presa de lo que suponemos las expectativas de perfección de los demás depositadas en nosotros. En el primer caso, seguramente nos acomete una profunda convicción de falta y de fracaso, En el segundo, la distorsión acerca de nuestra idoneidad nos desliza hacia una creencia de imbatibilidad y prodigio que más temprano que tarde se devela como inconsistente y ello nos hunde, también de manera irremediable, en la frustración y la profunda sensación de injusticia para con nosotros.

El desbalanceo en la constitución y efecto constante en nuestra vida de este testeador llamado AUTOESTIMA implica, una dificultad para poder discriminar en nosotros los ya mencionados aspectos virtuosos, talentosos, fértiles, de aquellos que son limitaciones, ya sea inmodificables o seguramente mejorables. Entonces, desde esta mirada distorsionada, tendemos a depositar en el circunstancial éxito o fracaso de la actividad o área de la vida que es objeto de nuestros afanes. nuestro valor integral como personas. Así, dependiendo de la parcialidad de una performance exitosa, regular o fracasada será nuestra autoevaluación como personas:: SOY UN FRACASO TOTAL. SOY UNA MARAVILLA NUNCA VISTA.

Por ejemplo, si tengo un tropiezo en mi carrera como académico, como profesional, como cantante, como actor o actriz, como pareja, padre, madre, etc., ello es equivalente a NO SIRVO PARA NADA (nunca más). Y si logro una exhibición exitosa; ello es equivalente a SOY UN GENIO (para siempre).

Autoestima y herramientas de cambio

Y aunque todo lo descripto hasta aquí como proceso emocional pudiera asomar con una coloración patologizante y, por ello, tener un efecto desalentador para quien lo lea, es imperioso también precisar que siempre estamos preñados como personas de la posibilidad de cambio, de salida. Siempre hay esperanza de disfrutar mucho más de nuestra vida.

Por eso es de toda importancia destacar que si bien esa unidad de medida personal, y especularmente de los demás, que llamamos AUTOESTIMA es producto de nuestra historia vincular, eso no quiere decir que no pueda ser modificable. El pasado claramente no se puede cambiar, pero sí el presente y, por ende, el futuro. Eso podrá ser posible si nos animamos a entendernos y aceptarnos en esos meandros íntimos para re-educarlos. Procurándonos para ello de las más y mejores herramientas que nutran nuestras alforjas de recursos y así enfrentar con mayores ventajas los desafíos que nos planteemos.

Y cuando hablamos de herramientas, éstas se transforman en tales en tanto son fruto de:

1) Un tenaz y comprometido trabajo intrapsíquico (introspección, reflexión, psicoterapia) que contribuye a desplegar y a ampliar nuestras potencialidades obturadas, tanto creativas, amorosas, solidarias, como asimismo las más insospechadas por nosotros.

2) La disposición a explorar activamente más allá de las fronteras emocionales y materiales del terreno ya abonado, conocido y, muchas veces estereotipado y por ello, limitante, desvitalizante.

Por ejemplo, como curiosos investigadores, toda información de la temática que fuese de nuestro interés circunstancial o vitalmente transcendente nos tendría alertas, receptivos.

3) La incorporación sistemática y regular de conocimientos formales, y de un férreo entrenamiento o experimentación de la actividad, oficio o profesión específica que tanto ansiamos dominar.

DOMINIO entendido como sinónimo de solvencia y por consiguiente, de mayor tranquilidad personal, abonada en la ganada autoconfianza y plasticidad emocional a la hora de desenvolvernos y enfrentar vicisitudes o imprevistos. Y por eso mismo, disfrutar de nuestro quehacer más allá de contratiempos. DOMINIO significa la clara certeza que no se nos va a la alcantarilla nuestra persona entera por algún percance en el camino. Es sólo aceptar que esas son las reglas del juego…de la vida.

Finalmente, es cuestión en parte de re-aprender a vernos y con ello, a querernos, a tolerarnos: Tiempo psíquico indispensable para que, naturalmente y sin habérnoslo propuesto, nos sintamos esperanzados de poder cambiar y de hecho protagonizar lo que históricamente suponíamos un ideal inalcanzable.

Margarita Fabello, Lic. en Psicología

margauxk@fibertel.com.ar

Buenos Aires


PORQUE NO?

La pregunta no es solamente “ Porque  tu quieres convertirte en Artista.

La pregunta es tambien “porque no” puedes ser el sonador , el Artista , el cantante que siempre quisiste ser.

Porque tu no puedes estar en ese lugar? ese lugar tan idealizado pero tan real…si; real porque es alcanzable…

Solo requiere preparse con compromiso y disciplina, con entusiasmo y deseo permanente de ser cada dia mejor.
Es solo el miedo que no nos deja continuar la misión creativa y mágica que nos ha sido encomendada.Es ese abismo inmenso pero a la vez tan pequeno e ilusorio que nos separa de lograrlo. Es ese sentimiento de creer que solo «otros» serán los afortunados , los valientes, los exitosos, los privilegiados porque uno no es lo suficientemente «bueno» para lograrlo.

Quien asume que eso es cierto no podrá confrontar con la belleza del camino artístico en su completud.
No podrá disfrutar la inconmensurable profundidad de la magnitud del ser artista.

Se perdera de la magia en colores que solo el arte puede descifrar.

Hay tanto por descubrir, por crear y la pregunta es por que no , porque no lograrlo ?

El artista es un guerrero que lucha con sus miedos e imperfecciones , con su desazón pero también el que logra lo mas bello, lo genuino, la esencia , la completud mas deseada: La Música.

Solo sintiendo quien eres como artista y que tienes para ofrecer, encontraras tu “razón” pero también encontraras que no hay forma que no lo logres, porque esa es tu vida y a eso fuiste llamado. La bendición de ser un canal entre la musa inspiradora y el mundo. El ser un artista .

No es casualidad que hayas nacido con un “don” y es gratificante desarrollarlo en el máximo potencial, ni mejor ni peor que otros, sino tu y tu océano.

En lo desconocido te encontraras,

en la quietud del silencio mas abrumador, te encontraras.

En la introspeccion de tu sabiduria ancestral, te encontraras.

En el amor a tu arte te encontraras .

En la forma en que elijas vivirlo, te encontrararas

En tu inspiracion divina te encontraras .

No hay magia ni formulas; Tu  eres el unico creador.

Desnudo estas , con tu propia sangre

Tu y tus alas,

Tu y tu deseo de ser libre a traves de tu arte en cada gota de tu voz.

Eres tu con tu vida ,

Eres tu con tu canto

Eres tu con tu mensaje

Eres tu en tu esencia

Y la pregunta es : Entonces porque no ? Si a eso fuiste llamado.