Todos somos Barbra Streisand

En nuestras mentes todo es posible. Podemos pintar como Pablo Picasso, escribir como Ray Bradbury y cantar como Barbara Streisand. Es ahí donde todo ocurre; donde no hay fronteras. A menudo veo cantantes que aseguran cantar bien y estar listos para salir a escena. Solo vienen a buscar una receta rápida que les garantice una mejor técnica vocal, una interpretación aceptable y así poder contactar con productores y grabar discos. Creen estar preparados.
Cuando en la clase comienzan a enfrentarse con sus problemáticas, empiezan a poner los pies sobre la tierra. Es ahí donde todo se vuelve real, donde concientizan el trabajo que tendrán que realizar.

Muchos cantantes deciden hacer el esfuerzo e invertir el tiempo necesario para su formación artística, mientras que otros desisten y se van. También existen los cantantes que siempre están criticando a los demás: a los que sí se arriesgan y se exponen. Dicen: “Como desafina, yo lo haría mejor” o “Que mal se mueve, yo bailo mucho mejor.” Todos estos pensamientos son una ilusión.

El artista es aquel que ejecuta su obra. El cantante, vocaliza, interpreta, crea, estudia, ensaya, busca su estilo, se equivoca, vuelve a intentar, graba un demo, canta en un escenario. Lo que el cantante crea que puede hacer, quedará solo en su imaginación, a menos que en la práctica demuestre lo contrario.

-Debora Lebendiker- coachsingers@gmail.com


No me sorprende

Cuando observo que los cantantes con los que trabajo desde hace un tiempo empiezan a presentarse frente a un público y tienen un feedback positivo, me da mucha alegría, pero no me sorprende. El Coach sabe de antemano el potencial artístico que tiene ese cantante y lo guiará para maximizarlo. El Coach visualiza su tarea mediante un plan de trabajo, sabe a donde lo llevará con ese entrenamiento y hacia allí trabajaran en conjunto.

El crecimiento del cantante es paulatino, es un proceso de maduración y búsqueda interior, que necesitará de un compromiso con su arte para que los resultados puedan dar a luz. Es una verdadera transformación que él irá vivenciando en sus clases: el de ser una buena voz a ser un cantante integral.

Cada aspecto se trabajará en sí mismo para luego complementarse con los demás como un verdadero rompecabezas. El cantante irá constatando la consolidación progresiva de sus logros en cada etapa del proceso y esto le dará una solidez y confianza en su canto, que se verá reflejado en su interpretación y en su conexión con la audiencia.

La premiación social es el resultado de este trabajo de Coaching, es la corroboración de la evolución de ese cantante, que primero lo logrará en un espacio de sesiones privadas y luego como consecuencia natural, será frente a un público. También es la ratificación de que la hipótesis del mapa original trazado por el Coach es válida y efectiva.

Es el testimonio mas contundente de que el coaching da las herramientas necesarias al cantante, para que cuando llegue el momento de exponerse frente a quien lo escuche, él esté preparado. A veces este reconocimiento público llega en el tiempo y el espacio justo, donde el Coach y el alumno, pueden disfrutar de este feedback con gran satisfacción.

Pero a veces esto no sucede por imponderables ajenos al artista, como las necesidades en el negocio de la música, marketing, etc. y es ahí donde la preparación del cantante deberá seguir, con la convicción de que está en el camino correcto, creyendo en su arte, hasta encontrar la puerta de su espacio como artista.

El Coach lo seguirá acompañando y guiando a desarrollar su mundo artístico hasta donde el cantante lo decida y hasta donde su talento lo posibilite.

-Debora Lebendiker- coachsingers@gmail.com


El Rompecabezas

Uno puede tener tantas vidas como las que desee reinventarse.

Como dice Steven Jobs, no hay manera de unir los puntos de la propia historia hacia delante, solo se pueden trazar las coordenadas mirando hacia atrás, contemplando el recorrido vivido, transcurrido.

En mi experiencia de vida, escribí poesías, fuí maestra, cantante profesional, compositora y en un determinado momento y por circunstancias no tan casuales me convertí en una Coach de cantantes.

Este acontecimiento me generó la necesidad y las ganas de transimitir toda la información que tenía a otros cantantes.

Solo atravesando por esta vivencia, pude traducir esa experiencia en mi verdadera pasión: el entrenar cantantes.

Fue en ese preciso momento que sentí, que los puntos se empezaron a unir.

El haber sido maestra sumado al haber sido cantante/compositora, tienen un sentido completamente distinto al original, hoy las partes comienzan a encajar de una manera bella y progresiva , natural y enriquecedora, transformándose en un todo que da solidez a mi existencia.

Volver a enseñar como en aquel entonces, algo que me hace felíz: el canto y ayudar a gente que ha sido como yo: cantantes con sueños, esperanzas y ganas de triunfar, es haber encontrado la llave de mi pequeño paraíso.

A veces uno no sabe porqué tiene que atravesar diferentes caminos y pruebas en la vida.
Simplemente vale la pena vivirlos y capitalizarlos y tener la confianza de que cada uno de los momentos vividos son parte de un proceso en continuo movimiento.

Todo cobrará el verdadero sentido, cuando las piezas empiecen a interactuar y no falte ninguna para armar el rompecabezas de la historia personal, única e irrepetible.

-Debora Lebendiker- coachsingers@gmail.com


Hacer una pausa o renunciar

Como comienza

Hay un período en la vida muy comun entre cantantes; Es el momento que empiezan a pensar en renunciar. Como con cada ser humano, tambien los artistas tienen que enfrentarse a sus propios conflictos y luchas de la vida cotidiana y equilibrarlos con sus objetivos artísticos.

Aquellos que continuan son personas que han aprendido a convivir con sus miedos y cómo superarlos. Por otro lado, cuando no ven «las señales», no sienten la inspiración, no tienen el apoyo de aquellos que los rodean, o cuando la rutina diaria mata sus sueños, Los artistas experimentan la sensación que quieren detener su camino.

Como artistas, no tenemos ninguna garantía de que lo lograremos, ni tenemos una fórmula que nos proteja del fracaso. Pero hay una llama interior que nos impulsa a ‘Continuar, continuar, continuar’.

Una Pausa Necesaria:

La verdad es que a veces los cantantes tienen que parar, hacer un STOP, para replantearse sus metas y entender su sueno artistico, su ‘Por qué’. Este momento es el equivalente a una página en blanco para un compositor o implica una decisión para cambiar a una mejor técnica vocal, elegir un nuevo estilo o género que quieran cantar. incluso podría ser un cambio total en la dirección personal y a veces es necesario.

Tu puedes tomar esta pausa para construir tu siguiente idea. Puedes empezar de nuevo tantas veces como consideres necesario para renacer como el artista que sueñas ser.

Abandonar y perder El ‘Por Qué’:

Sin embargo, cuando el cantante quiere abandonar, es porque ha perdido el significado de su canto y no lo puede encontrar nunca mas. En medio de su búsqueda, todos los desafíos han causado en el no solo el olvido sino la perdida del Por Qué. Cuando abandona, es para siempre, ya no quiere volver a empezar.

Desafortunadamente, el cantante abandona creyendo que no vale la pena seguir, y que simplemente no va a suceder artisticamente nada para él.

Renunciar es la muerte de la voluntad artística.

Retornar al camino de la realidad:

A veces vemos el éxito como el ‘lugar ideal’ a donde llegaremos sin problemas y sin esfuerzos, Esto no es una visión realista. Un cantante es exitoso mientras él está haciendo lo que ama, su arte y entiende el significado de su viaje. Este proceso tiene altibajos, pero mientras él permanece en el camino artístico, mejorando sus habilidades y creyendo en su proyecto, tarde o temprano comenzará a ver los resultados de su duro trabajo. Pasión y convicción consistente deben acompañar este proceso.

A veces con la ayuda correcta; un Coach o alguna ayuda profesional, el cantante podría revisar esta decisión con una visión más realista y puede ser guiado para poder continuar.

¿Te sientes como si no sabes cómo continuar tu trayectoria artística? ¿Sientes que las cosas están ocurriendo a otros cantantes pero no a ti? ¿Tu estás pensando en abandonar?

Si este es tu caso, pide ayuda, comparte tu música y revisa los próximos pasos a seguir…

1. Ten en cuenta que no estás solo. La mayoría de los artistas y cantantes están pasando por lo que tu vives en este momento.

2. Nunca te compares con nadie! Cada uno tiene su propio viaje y trayectoria. Focalizate en tu propia historia y en lo que tienes para ofrecer. Desarrollalo y encuentra a las personas que te están esperando.

3. Mira todas las cosas que has logrado. Recordar que no estás donde empezaste es una gran afirmación para entender hacia adonde vas.

4. Define tu propio éxito y trata cada paso hacia el como un hito. Todos los días que sigues haciendo música te pone más cerca a su sueño.

-Debora Lebendiker- coachsingers@gmail.com


Autoestima y esperanza de cambio

“Tengo miedo”…”no voy a poder”…”soy incapaz de pararme ahí”…”me paralizo, seguro”…”no me va a salir la voz”…”no me voy a acordar la letra”…”cómo era el artículo?…y eso que lo preparé tanto…”

Son algunas (entre infinitas) de las expresiones, verbalizadas o dichas para nuestros adentros, en las que con facilidad podemos reconocernos cuando nos exponernos ante otros, ya se trate de público en general, de un auditorio profesional, de profesores, colegas, pares, alumnos. Y ya sea que estemos parados en un escenario ante una platea con nuestra voz potencialmente amplificada por un micrófono, o sentados a una mesa de conferencia, o siendo entrevistados con o sin repercusión mediática o ante un examen liso y llano en el colegio o la Universidad.

En una palabra, cuando ese AFUERA, ese “otro” en general, lo vivimos con las características de severos examinadores, críticos implacables, censores inapelables que esperan de nosotros la perfección, la máxima performance posible, rayana con lo NO HUMANO.

Es en la esfera de LO SOCIAL, en la que nos vinculamos con los demás y dependiendo de quiénes sean esos “otros”, cuando NUESTRA INTIMIDAD y NUESTRA PERSONA ENTERA es percibida como en peligro, más o menos intenso en ocasiones, más o menos tolerable en otras.

Y esa penosa experiencia por la que nos sentimos realmente intimidados, o inhibidos y embargados de una sensación angustiosa que hasta la percibimos en nuestro cuerpo tembloroso, o sudoroso, o con dificultad para respirar o sacudido por una galopante taquicardia, tiene poco que ver, en cuanto a su causa, con el MUNDO DE LO REAL. Pertenece al MUNDO DE LO IMAGINARIO. De NUESTRA IMAGINACION.

Autoestima y su construcción

Es la percepción subjetiva, y por lo tanto imaginaria, que tenemos de nosotros mismos la que le da la significación emocional personalísima a la realidad externa con la que en tanto humanos nos vinculamos. Autopercepción que es fruto de la construcción de nuestra identidad a lo largo de las distintas etapas de nuestra vida. Y se llama AUTOESTIMA.

Y paradojalmente pareciera que el resultado de esa interrelación ineludible que vamos teniendo con ese mundo real externo para construirnos como personas se convirtiera en algún momento de nuestra vida, y sin que entendamos por qué, en la proveedora de nuestros desvelos y pesares. Nuestra AUTOESTIMA semeja un termómetro que mide mal la fiebre y por ello nos confunde, nos lleva a un diagnóstico equivocado de lo que está pasando con nosotros y, más y peor aún, de lo que NOS está pasando con ese AFUERA en el que vivimos.

Dependiendo de cómo se haya inscripto en nuestra psiquis la valoración subjetiva de nosotros mismos es cómo vamos a ponderarnos en relación con los demás. Esa es la función psíquica de la AUTOESTIMA.

Esa inscripción, como ya dijimos, se va tallando y modelando a lo largo de nuestra vida .Los vínculos más primarios y fundantes (nuestros padres y familia o con quienes asomamos a la vida) son los cimientos de una estructura que recibirá luego los estímulos de las primeras experiencias de socialización en la escuela, atravesará el vendaval adolescente, y recibirá luego las influencias naturales del proceso de inserción en el mundo adulto de la amistad, del amor, del trabajo, de la vocación. La madurez biológica, de la mano de la mayor o menor autonomía psíquica puede desembocar en una optimización del prisma de nuestra autoestima -esto es, adecuada claridad acerca de nuestras posibilidades y de nuestras limitaciones- o catapultarnos a una vivencia discapacitante.

Autoestima y ansiedad

Ese mayor o menor grado de justicia en el valor que nos asignamos determinará nuestra mirada hacia el porvenir que deseamos para nosotros, cualquiera sea el ámbito de vida que se trate.

La autoconfianza fundada en una asignación valorativa ajustada promoverá que la consecuente vivencia de ANSIEDAD que experimentemos funcione como nuestra aliada. Es decir, transformándose en fuerza impulsora al logro del objetivo buscado, iluminadora del proceso de planificación y diseño del método para dicha concreción.

Es importante destacar que nuestro estilo personal de visualizarnos se reactiva más o menos intensamente en función de lo que la situación real que protagonizamos, trascendente para nosotros, la patentiza o la evoca.

Si nuestra identidad está predominantemente atada a una AUTOESTIMA DEVALUADA, el profesor, el colega, el público, quien sea que nos pose la mirada o creamos que lo hace, aparecerá ante nosotros magnificado y multiplicado en su potencia amenazadora o destructiva. La vivencia de vulnerabilidad es atravesada por el continuo ANSIEDAD-ANGUSTIA-PANICO y, muy probablemente, la INHIBICION se apodere de nosotros: bloqueo mental, parálisis posicional, sequedad en la boca, mutismo, mil formas de expresar “tengo miedo-me quiero ir”. Nos sentiremos como si se tratara de una contienda entre un enano (nosotros) y un gigante (los otros).

Si nos identificamos con una AUTOESTIMA SOBREVALUADA, la vivencia de omnipotencia será nuestra aliada favorita. Y si bien puede propulsarnos a activarnos, a lanzarnos a un accionar a veces temerario, también dificulta en grado significativo nuestra capacidad para aprender y, en consecuencia, para fortalecernos genuinamente en aquellos aspectos-recursos necesarios para un desempeño exitoso. Allí la lucha que se libra en nuestra mente sería entre un gigante de papel (nosotros) con enanos que no son tales en la realidad (los otros)

Tanto en un polo como en el otro, la ANSIEDAD movilizada para enfrentar la situación a resolver implica activar mecanismos concientes e inconcientes de CONTROL RACIONAL TOTAL de las variables en juego, reales y/o fantaseadas, con la ilusión de anular toda incertidumbre. Esfuerzo emocional titánico que nos topa de manera irremediable con la condición fatídica de la inutilidad de tal intento.

Tanto desde “el enanismo” como desde “el gigantismo” quedamos presa de lo que suponemos las expectativas de perfección de los demás depositadas en nosotros. En el primer caso, seguramente nos acomete una profunda convicción de falta y de fracaso, En el segundo, la distorsión acerca de nuestra idoneidad nos desliza hacia una creencia de imbatibilidad y prodigio que más temprano que tarde se devela como inconsistente y ello nos hunde, también de manera irremediable, en la frustración y la profunda sensación de injusticia para con nosotros.

El desbalanceo en la constitución y efecto constante en nuestra vida de este testeador llamado AUTOESTIMA implica, una dificultad para poder discriminar en nosotros los ya mencionados aspectos virtuosos, talentosos, fértiles, de aquellos que son limitaciones, ya sea inmodificables o seguramente mejorables. Entonces, desde esta mirada distorsionada, tendemos a depositar en el circunstancial éxito o fracaso de la actividad o área de la vida que es objeto de nuestros afanes. nuestro valor integral como personas. Así, dependiendo de la parcialidad de una performance exitosa, regular o fracasada será nuestra autoevaluación como personas:: SOY UN FRACASO TOTAL. SOY UNA MARAVILLA NUNCA VISTA.

Por ejemplo, si tengo un tropiezo en mi carrera como académico, como profesional, como cantante, como actor o actriz, como pareja, padre, madre, etc., ello es equivalente a NO SIRVO PARA NADA (nunca más). Y si logro una exhibición exitosa; ello es equivalente a SOY UN GENIO (para siempre).

Autoestima y herramientas de cambio

Y aunque todo lo descripto hasta aquí como proceso emocional pudiera asomar con una coloración patologizante y, por ello, tener un efecto desalentador para quien lo lea, es imperioso también precisar que siempre estamos preñados como personas de la posibilidad de cambio, de salida. Siempre hay esperanza de disfrutar mucho más de nuestra vida.

Por eso es de toda importancia destacar que si bien esa unidad de medida personal, y especularmente de los demás, que llamamos AUTOESTIMA es producto de nuestra historia vincular, eso no quiere decir que no pueda ser modificable. El pasado claramente no se puede cambiar, pero sí el presente y, por ende, el futuro. Eso podrá ser posible si nos animamos a entendernos y aceptarnos en esos meandros íntimos para re-educarlos. Procurándonos para ello de las más y mejores herramientas que nutran nuestras alforjas de recursos y así enfrentar con mayores ventajas los desafíos que nos planteemos.

Y cuando hablamos de herramientas, éstas se transforman en tales en tanto son fruto de:

1) Un tenaz y comprometido trabajo intrapsíquico (introspección, reflexión, psicoterapia) que contribuye a desplegar y a ampliar nuestras potencialidades obturadas, tanto creativas, amorosas, solidarias, como asimismo las más insospechadas por nosotros.

2) La disposición a explorar activamente más allá de las fronteras emocionales y materiales del terreno ya abonado, conocido y, muchas veces estereotipado y por ello, limitante, desvitalizante.

Por ejemplo, como curiosos investigadores, toda información de la temática que fuese de nuestro interés circunstancial o vitalmente transcendente nos tendría alertas, receptivos.

3) La incorporación sistemática y regular de conocimientos formales, y de un férreo entrenamiento o experimentación de la actividad, oficio o profesión específica que tanto ansiamos dominar.

DOMINIO entendido como sinónimo de solvencia y por consiguiente, de mayor tranquilidad personal, abonada en la ganada autoconfianza y plasticidad emocional a la hora de desenvolvernos y enfrentar vicisitudes o imprevistos. Y por eso mismo, disfrutar de nuestro quehacer más allá de contratiempos. DOMINIO significa la clara certeza que no se nos va a la alcantarilla nuestra persona entera por algún percance en el camino. Es sólo aceptar que esas son las reglas del juego…de la vida.

Finalmente, es cuestión en parte de re-aprender a vernos y con ello, a querernos, a tolerarnos: Tiempo psíquico indispensable para que, naturalmente y sin habérnoslo propuesto, nos sintamos esperanzados de poder cambiar y de hecho protagonizar lo que históricamente suponíamos un ideal inalcanzable.

Margarita Fabello, Lic. en Psicología

margauxk@fibertel.com.ar

Buenos Aires